ETER EN EL HIELO

Hace unos días un amigo me pregunto por la leyenda urbana tan difundida de que en los “antros” se le coloca éter en los hielos. Muchas teorías existen al respecto pero principalmente los dueños de los centros nocturnos lo hacen para que la gente se intoxique con facilidad e incremente su consumo en el local. También he escuchado que esta práctica tiene como objetivo hacer que los clientes se desmayen y aprovechar este estado para robarles sus posesiones. En ambos casos me parece que sería una mala idea al largo plazo ya que no se conseguiría más que los clientes asistieran por una sola ocasión al establecimiento a consumir bebidas ya que hacerlo en más de una ocasión sería masoquismo.

¿Que es?
El dietil éter o éter etílico es un compuesto orgánico que conocemos comúnmente como éter. En su estado líquido es incoloro con un olor muy característico. Su punto de ebullición es de 34.5°C por lo que pasa a un estado gaseoso incluso con el calor de la mano. Su punto de congelación es de -116°C y es poco soluble en agua. Tiene una alta volatilidad lo que lo vuelve muy peligroso ya que puede encenderse con una superficie caliente sin necesidad de llama o chispa. En su forma gaseosas es un vapor más denso que el aire, mientras que en una solución acuosa al ser menos denso que el agua queda por encima de ésta.

Aplicaciones
Su alta volatilidad además de ocasionar un manejo muy delicado en los laboratorios, permite que sea utilizado como combustible principalmente como arrancador en las maquinas a diesel. Se uso a finales del siglo XIX en el campo de la anestesia como sustituto del cloroformo se debió principalmente a tener un mayor diferencial entre la dosis necesaria para anestesiar y la dosis letal. El éter cayo en desuso debido a la aparición de nuevos anestésicos que no presentaban el peligro de almacenamiento, además de no presentar las nauseas y vomito como efectos secundarios.

Droga recreativa
Los vapores de éter fueron una droga recreativa antes de su prohibición en la mayoría de los países. Comparado con otros inhalantes es bastante seguro mientras se mantenga una dosis baja ya que antes de alcanzar niveles letales el usuario se desmayará lo que permitirá que descienda la concentración del éter en la sangre. Antes de alcanzar este estado de anestesia, el éter presenta un estado prolongado de excitación en aquellos que lo inhalan.

En el hielo imposible
El éter no puede utilizarse en la elaboración de hielo ya que al presentar una menor densidad que el agua sucede lo mismo que con el aceite dividiéndose en dos capas una superior donde se encuentra el éter y otra inferior con el agua. Los tanques de congelación donde se hacen las barras de hielo se encuentran a temperaturas de entre -15°C y -2°C por lo que el éter con un punto de fusión mucho inferior jamás conseguiría congelarse y formaría una capa en la parte superior del molde. En la fabricación de hielos en cilindro la bomba que alimenta la maquina toma el agua más fría, la que está en el fondo del depósito por lo que en el supuesto de agregar éter, éste jamás entraría en el proceso por flotar en la parte superior del agua.

La leyenda
Probablemente la leyenda urbana tenga su origen en el estado de desinhibición que ocasiona el consumo en dosis muy pequeñas. En el caso de dosis mayores el consumo ocasiona desmayos, generalmente el consumo como droga recreativa se realiza por vía área, ya que la sustancia irrita fuertemente la mucosa gástrica además de ocasionar nauseas y vómito.
El éter al ser metabolizado además de intoxicar por sí mismo ocasiona una inhibición de la enzima alcohol deshidrogenasa por lo que el metabolismo de las bebidas alcohólicas se vuelve más prolongado. El consumo habitual es por inhalación ya que por vía oral es muy agresivo, además de tener el “pequeño” inconveniente de que no se mezcla con el agua así que el primer “buche” sería puramente de éter al encontrarse éste en la parte superior del vaso.
Ante una mala experiencia en una noche de copes es más fácil decir “fueron los hielos” a culpar el consumo excesivo de alcohol o la utilización de bebidas de poca calidad por parte del prestador de servicios o la utilización de sustancias prohibidas. Al menos no se de un solo caso en el que la secretaría de salud clausure un negocio por expender bebidas con éter.